| De Kooning y Lichtenstein: el adi�s a los �ltimos
vanguardistas. Por Laura Andina
El a�o pasado ser� recordado, entre otras cosas, por sus "cad�veres
ilustres". En la mayor�a de los diarios y revistas en el mundo, los tr�gicos
finales de Lady Di y Gianni Versace fueron tema de interminables debates y pol�micas,
p�ginas de internet e inclusive discos compactos conmemorativos. Frente a todo esto,
resulta bastante sintom�tico de estos tiempos, el poco espacio que se le dedic� a la
muerte de dos de los pintores m�s influyentes de este siglo: Williem De Kooning y Roy
Lichtenstein. Parece que el arte no resulta tan vendible o atractivo como la realeza o la
moda en esta era post-new age.
Williem De Kooning naci� en Holanda en 1904 y estudi� pintura en la Academia de Artes
de su natal Rotterdam. A la edad de 22 a�os se estableci� en Nueva York, ciudad en la
que vivir�a hasta su muerte. En los a�os de la Gran Depresi�n, trabaj� junto con otros
pintores emergentes como Jackson Pollock en el Proyecto Federal para las Artes del
entonces presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt, iniciativa que le permiti�
vincularse a distintos artistas de la �poca como el mexicano Diego Rivera.
El gran momento de De Kooning llegar�a hacia 1940 con el nacimiento del primer
movimiento pict�rico all American que fue el expresionismo abstracto. De la
mano de Pollock y su action painting, surgi� toda una generaci�n de artistas
interesados en plasmar en su obra la angustia y el desconcierto que suger�a la postguerra
en los Estados Unidos. El expresionismo abstracto marc� el comienzo de una nueva etapa en
el arte que tuvo una muerte s�bita propiciada tal vez por la desaparici�n f�sica de la
gran mayor�a de sus integrantes: Pollock falleci� mientras manejaba su auto borracho y
Gorky se suicid�. Esta coyuntura permiti� a De Kooning convertirse en el �ltimo
representante de la vieja guardia art�stica norteamericana, constante fuente de
inspiraci�n para todos los que vendr�an despu�s.
Dentro de su obra m�s conocida est� la serie "Women" a la que dedic� casi
veinte a�os. De Kooning representa criaturas que resultan extra�as e inquietantes.
Abundan las pinceladas violentas y llenas de color, lo cual ayuda a potenciar el car�cter
�nico de estas "mujeres".
En 1989 tom� estado p�blico que el artista padec�a el mal de Alzheimer. Esta
enfermedad, produce un lento pero tenaz debilitamiento de gran parte de las funciones del
cerebro, y se convirti� en el centro de la pol�mica que sobre su arte se realiza hasta
el d�a de hoy. Sectores importantes de la cr�tica no dudaron en afirmar que sus pinturas
eran resultado directo de su mal y no de su voluntad creadora. Gary Garrels, curador de la
obra del pintor holand�s, lleg� al extremo de reunir a un panel de expertos -que
inclu�a, entre otros a Jaspers Johns- para analizar "la naturaleza de sus
pinturas". El fallo del grupo fue contundente: toda la obra del pintor desde 1987 era
producto de su enfermedad.
Mientras se llevaba a cabo esta discusi�n sobre la validez o no de De Kooning y su
hija Lisa lo declaraba "legalmente incompetente", la obra
"Interchange" de 1955 se subastaba por 20.6 millones de d�lares; la
cotizaci�n mas alta que hasta el momento ha alcanzado un pintor en vida.
Williem De Kooning falleci� en su estudio de East Hampton, Nueva York el 19 de Marzo
de 1998, luego de haber estado casi nueve a�os alejado de la pintura.
Frente a la compleja vida de De Kooning, la historia de Roy Lichtenstein parece
"demasiado" normal. Comunicativo y con un gran sentido del humor, no se ajustaba
a los est�ndares de vida de la mayor�a de los artistas de su tiempo.
Lichtenstein naci� en 1923 y se form� en la Universidad Estatal de Ohio, donde obtuvo
un Master en pintura.
En 1960, �poca de surgimiento del arte pop como reacci�n a la solemnidad del
expresionismo abstracto, Lichtenstein comienza a incluir en sus pinturas otra
caracter�stica de los Estados Unidos de la postguerra: la enloquecida industrializaci�n
simbolizada en sus iconos m�s representativos: Mickey Mouse, el Pato Donald y otros
personajes de las historietas c�micas.
Una a�o despu�s de esto comienza a trabajar no s�lo con los personajes sino con los
cuadros de las historietas que, ayudado por un proyector, llevaba a dimensiones inusuales
como siete metros por seis. "Chica Ahog�ndose" de 1963 es un ejemplo cl�sico
de su estilo.
Desde ese entonces se convirti� -al igual que su colega pop Andy Warhol en los
ochenta- en una especie de m�quina de fabricar "Lichtensteins". Robert Hughes,
cr�tico de arte de Time afirm� en 1990 que "ya resulta cansador ver que todo
puede terminar siendo un Lichtenstein". La obviedad era tal que el artista ni
siquiera firmaba sus obras; su pintura era casi una marca registrada.
Con Roy Lichtenstein, fallecido el 29 de Setiembre de 1997, y Williem De Kooning
termina una �poca �nica en la historia del arte. Se cierra el siglo y con �l termina
aquello que parec�a, hace sesenta a�os, destinado a nunca acabar: las vanguardias y su
inquebrantable esp�ritu renovador. Hoy s�lo queda volver sobre seguro y repetir hasta el
hartazgo las f�rmulas conocidas y utilizadas desde hace algo m�s de cuatro d�cadas.
Quiz�s la muerte de estos artistas haya pasado tan desapercibida porque hace evidente
algo que no es muy agradable de ver: el enorme vac�o que estos vanguardistas han dejado y
que hasta ahora nadie ha podido llenar o continuar con la debida propiedad. |